domingo, 8 de marzo de 2015

Breitling, el reloj para el mundo de la aviación

Entre Breitling y el mundo de la aviación la fusión es total. La marca, que desde el principio ha desarrollado instrumentos de precisión, mantiene vivo un legado ancestral.

Para Breitling la aeronáutica es parte de su naturaleza. Las alas que acompañan a la «B» del logotipo son una muestra de ello. Esta unión íntima se remonta a los orígenes de la marca. Al poco tiempo de abrir su taller, allá por 1884, Léon Breitling ya gozaba de renombre gracias a sus instrumentos de precisión «para los deportes, las ciencias y la industria».

Chronomat Airborne
El cielo como espacio de expresión

Sus creaciones sedujeron a los pioneros de la aviación. En 1930, la Royal Air Force británica elige a Breitling como proveedor oficial para equipar sus cazas, los mismos que utilizarán en la Segunda Guerra Mundial. Años más tarde, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos hará lo propio. La marca cosecha el mismo éxito en el ámbito de la aviación civil y comercial. 

En los años 50, la Aircraft Owners and Pilots Association, la asociación de propietarios de aviones y pilotos más importante del mundo, adopta el Navitimer de Breitling como cronógrafo oficial. Debido a este éxito, la firma es conocida como «proveedor oficial de la aviación mundial». 

En la actualidad, Breitling contribuye a mantener vivo el recuerdo de esta época dorada patrocinando la restauración de aeroplanos míticos como el Breitling Super Constellation, uno de los tres últimos «Super Connies» que quedan en servicio, o el bimotor Douglas DC-3 HB-IRJ, construido en 1940 y que, pese a sus 75 000 horas de vuelo, sigue surcando los cielos con los colores de la marca. La empresa también está detrás del Breitling Jet Team, la mayor patrulla acrobática civil del mundo que vuela con aviones a reacción. 

Esta exitosa incursión en la esfera celeste se debe principalmente al hecho de que durante sus 130 años de historia, Breitling ha adaptado la fabricación de cronógrafos a las necesidades de la aeronáutica. A la familia Breitling debemos grandes avances en el ámbito de las complicaciones cronográficas. 

Navitimer GMT
En 1915, la firma fabrica uno de los primeros cronógrafos de pulsera con pulsador independiente. Unos años más tarde, llega la separación de las funciones de puesta en marcha/parada y de vuelta a cero, así como el segundo pulsador. En 1942, el Chronomat (de «cronógrafo» y «matemáticas») se convierte en el primer cronógrafo equipado con una regla de cálculo circular. 

En una época en la que la calculadora electrónica estaba aún por ser inventada, un modelo de estas características supuso un verdadero adelanto, ya que permitía efectuar los cálculos de un plan de vuelo relacionados con la distancia, la velocidad e incluso el consumo de carburante. La confirmación llegaría diez años después con el legendario Navitimer, también capaz de efectuar todos los cálculos relacionados con la navegación aérea y que se convertiría en el cronógrafo más antiguo fabricado sin interrupción.

Una segunda juventud

Adquirida en 1979 por Ernest Schneider, la marca vive desde entonces una segunda juventud. Con sus instrumentos mecánicos y electrónicos, Breitling sigue siendo la preferida de los pilotos. En esta etapa de renovación, los productos históricos a los que la empresa debe su reputación tienen un papel destacado. El Chronomat, del que la firma lanzó una nueva versión equipada con un movimiento Valjoux 7750 en 1984, encarna esta filosofía a la perfección. 

En 2014, Breitling ha celebrado el 30.° aniversario de este renacimiento presentando la serie especial Airborne, que retoma el espíritu del cronógrafo original, pensado para la patrulla acrobática del ejército italiano: los Flecce Tricolori. Otra de las novedades del 2014 es el nuevo Navitimer, con sus 46 milímetros de diámetro. De esta reinterpretación del modelo clásico también se fabrica una versión para viajeros, dotada de segundo huso horario y con un diámetro aún mayor (48 milímetros). La conquista del aire no tiene fin.