Greubel Forsey abre nuevos horizontes revolucionando una de las complicaciones relojeras más antiguas: el calendario perpetuo, al que los inventores de La Chaux-de-Fonds han incorporado una ecuación del tiempo. O cómo hacer que una complicación resulte aún más complicada simplificando al mismo tiempo la ergonomía y legibilidad de las diferentes funciones.
Hasta ahora hemos trabajado sobre todo los aspectos fundamentales del tourbillon con la perspectiva de sofisticarlos. Con más de seis invenciones importantes relacionadas principalmente con el Tourbillon Incliné, hemos ido más allá de los límites de la relojería. Ha llegado el momento de reinventar las complicaciones en el sentido principal del término y de demostrar que, también en este ámbito, la historia de la relojería mecánica permanece en constante evolución. El volante doble y el GMT, conceptos innovadores tanto técnicamente como en términos de ergonomía y visualización, han abierto el camino. Actualmente continuamos con este impulso al reinterpretar el prestigioso calendario perpetuo (QP, por sus siglas en francés).
La reinvención del calendario reside en la integración de la ecuación del tiempo en el mecanismo QP, pero también en la adición de nuevas funciones e indicaciones con un doble objetivo de optimización y facilidad de uso. La simplificación de la corrección del conjunto de las indicaciones, mediante la corona bidireccional, resultaba primordial. A pesar de sus múltiples indicaciones y funciones, nuestro computador mecánico con ecuación del tiempo integrada resulta tan fácil de ajustar como un calendario simple. No es necesario utilizar instrumentos elaborados para presionar los múltiples pulsadores, y menos aún de utilizar unas instrucciones herméticas. ¿Tiene que coger un vuelo urgente y el reloj lleva parado varios días? Basta con extraer la corona y comprobar mediante el indicador de posición situado a las 2.30 h que se encuentra en la posición correcta. Con un simple movimiento de ida y vuelta podrá adelantar tranquilamente la hora; las diferentes indicaciones se mueven por sí mismas sin necesidad de ninguna manipulación adicional. Si comete un error, conviene girar la corona en sentido contrario para volver, día por día, a la fecha correcta. Sencillo, fácil de utilizar y lúdico.
Para hacer realidad esta hazaña, hemos desarrollado un “móvil codificador”, el núcleo del computador mecánico», que ha dado lugar al registro de tres patentes. Este mecanismo se introduce totalmente en el calibre sin aumentar por ello sus dimensiones. Nuestro “móvil codificador”está compuesto por un apilamiento de levas idóneas y provistas de «dedos» que activan los cambios de las indicaciones en ambas caras del reloj. De este modo, el disco de los meses no solo condiciona el cambio de mes en la ventanilla de la esfera, sino que también mueve la escala de la ecuación del tiempo en la parte posterior. El disco de los años acciona el indicador de año bisiesto en el lugar y el de las estaciones en la parte posterior. La creación de este “móvil codificador” revoluciona no solamente el ajuste, sino también la visualización denominada «double face» o doble cara.
Incluso de un breve vistazo a la esfera secundaria situada en las 3 h (la parte más visible de la esfera) percibirá sin ambigüedad las tres ventanillas dispuestas en línea que indican, con una gran comodidad visual, el día, la fecha y el mes. La fecha grande refuerza la noción de legibilidad y hace que la lectura del calendario resulte especialmente sencilla.
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