Ni ellos se esperaban un éxito semejante. Era la primera vez que los relojes de muñeca llegaban a las grandes ligas de Christie’s: las subastas nocturnas, las mismas en las que los cuadros de grandes artistas alcanzan cifras récord.
Aunque la ocasión no marcó un hito en la siempre sorprendente evolución del mercado del arte, sí ha creado un curioso precedente. Uno que demuestra que el coleccionismo de relojes es una actividad que está claramente en alza: los 50 relojes Rolex Daytona que se pusieron a la venta el domingo multiplicaron por cuatro los beneficios que la propia casa de subastas esperaba conseguir por ellos. Una plusmarca a la que estas piezas no están acostumbradas, pero que podría empezar a ser la norma.(Pinche aquí o en la foto para ver la galería completa).
Aunque la ocasión no marcó un hito en la siempre sorprendente evolución del mercado del arte, sí ha creado un curioso precedente. Uno que demuestra que el coleccionismo de relojes es una actividad que está claramente en alza: los 50 relojes Rolex Daytona que se pusieron a la venta el domingo multiplicaron por cuatro los beneficios que la propia casa de subastas esperaba conseguir por ellos. Una plusmarca a la que estas piezas no están acostumbradas, pero que podría empezar a ser la norma.(Pinche aquí o en la foto para ver la galería completa).
Casi 10 millones de euros (9.866.937 exactamente) se consiguieron en esa velada, denominada Rolex Daytona Lesson One y que pretendía, además, ser un homenaje a este modelo de reloj que en 2013 ha cumplido 50 años. “Nunca había experimentado esa atmósfera como de concierto de rock que se vivió sobre la tarima”, recuerda Aurel Bacs, responsable internacional del departamento de relojes de Christie’s. “Había más de 400 personas en la sala y muchas más haciendo cola fuera”. Y aunque la recompensa no era ver cantar a Mick Jagger, la sensación podría parecerse un poco, porque la rigurosa selección de piezas, llevada a cabo entre la casa de subastas y uno de los mayores expertos mundiales en relojes Rolex, Pucci Papaleo, tenía mucho de momento especial.
Cada uno de los 50 Rolex Daytona contaba con una peculiaridad que lo hacía único: desde el primero de todos (creado en 1963, ni siquiera se llamaba Daytona todavía, sino Cosmograph) a uno que adornó durante años la muñeca del Jean Paul Belmondo, pasando por otro que perteneció a Eric Clapton, así como el conocido como Arabian Night, porque su dueño original fue el sultán de Omán Qaboos Bin Said Al Said (y que no se había visto jamás fuera del ámbito privado). También estaba presente el mítico modelo Paul Newman (denominado así en honor al actor americano, que lució uno en los años 70), casi imposible de conseguir ahora mismo y del que salieron a subasta varias piezas. Una de ellas, de 1969, se vendió por más de un millón de dólares: 1.088.889, para ser tan exactos, como la maquinaria de un reloj.