El Heuer Monaco, puesto a la venta de manera simultánea en Ginebra y Nueva York el 3 de marzo de 1969, fue el primer cronógrafo automático estanco de esfera cuadrada de la historia de la relojería suiza.
El reloj, bautizado por Jack Heuer en honor del Gran Premio de Mónaco (del que TAG Heuer sigue siendo socio colaborador), significó una verdadera ruptura con los códigos estéticos de la relojería tradicional, con su caja cuadrada de grandes dimensiones, su esfera en azul metálico, su aguja de minutos en rojo brillante, su cristal de plástico abovedado y, sobre todo la posición a la izquierda de su corona, lo que, en aquel tiempo, recordaba que no era necesario darle cuerda.
Su innovadora tecnología le garantizaba además la estanqueidad, toda una novedad en un reloj cuadrado. Sin embargo, la base de la revolución se encontraba en su interior: el famoso Chronomatic Calibre 11, el primer movimiento cronógrafo automático comercializado de la historia.
Tras su debut en los circuitos en 1970 en la muñeca del piloto suizo Jo Siffert, el primer piloto de carreras patrocinado por una marca de relojes (Heuer), al año siguiente compartió focos cinematográficos con Steve McQueen, quien insistió en lucirlo durante la filmación de Le Mans en 1971. El modelo 1133B, llamado "McQueen Monaco", reconocible al instante y copiado en numerosas ocasiones, se ha convertido desde entonces en una codiciada pieza en las subastas y entre los coleccionistas.
Su tamaño de 39 mm, la corona a la izquierda, la legendaria esfera en azul petróleo con dos contadores en blanco, la ventanilla de calendario a las 6, los índices de horas horizontales pulidos en diamante, el logotipo vintage de Heuer inscrito o el cronógrafo automático Calibre 11 con calendario, la estanqueidad hasta los 100 metros... en definitiva, todos los rasgos del Monaco original.
Observe la caja de acero en tres piezas, que fue incorporada en 1998 y que en la versión de 2015 es ligeramente más cuadrada y está cerrada mediante cuatro tornillos; los dos pulsadores rectangulares a las 2 y las 4; las asas, un poco más grandes; la correa de piel de becerro perforada; el cristal de zafiro, incorporado en 2009; y el fondo de caja abierto, que permite contemplar los engranajes del calibre y todas las características de la versión actualizada. Una bella interpretación que respeta el emblemático legado de la Manufactura de La Chaux-de-Fonds. Los expertos creerán estar viendo un espejismo. TAG Heuer
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